Las aventuras del Capitán Chinaski
Capítulo 6
Agónico silencio
Los hombres se vinieron definitivamente abajo justo al terminar de caer el sol. Ninguno de nosotros había vivido jamás un sosiego tan prolongado. Ni tan siquiera habíamos oído hablar a los viejos de una ausencia de viento similar de tantos días.
Una niebla fantasmagórica envolvió a La Pena Negra sin que nadie la viera acercarse. El Sr. Nelson dijo que las nubes, estaban naciendo a nuestros pies. El ambiente seguía viciado por la falta de aire fresco y la tristeza pesaba como el acero sobre nuestros hombros. Después, nuevamente noche cerrada, oscuridad y el más agónico de los silencios.
Las tablas del puente gruñeron bajo unos pasos que se acercaban. Reconocí las voces en la tiniebla del grumete Tipps y del tripulante Sango Hook que con entrecortada voz confesaban estar muy asustado.
-Jovencitos, no han de permitir que el miedo les haga perder la fe. En momentos de desconcierto e inquietud, es donde un hombre ha de permanecer entero. Ya se que se están acabando los alimentos, pero si las cosas no se arreglan pronto, le daremos un garrotazo al Sr. Lester entre las orejas. Sí, como si fuese un conejo, y nos lo comeremos. Tiene tantas carnes y tanta grasa que las salaremos y podremos pasar un mes alimentándonos de tocino.
El grumete Tipps y Sango Hook sonrieron y Tipps, limpiándose las lágrimas se acercó a mí ronroneándome buscando mi abrazo. Pobre Sr. Tipps, no es más que un niño que no ha conocido jamás el calor de unos padres. El joven Sango Hook tampoco ha tenido mucha suerte en la vida. No tienen más familia que esta cuadrilla de mamarrachos insolentes que sobrevivimos del mar, sin más ambición que escabullirnos día a día de la muerte.
Entonces las tablas del puente gruñeron de nuevo y supe que era Nelson por la carencia renqueante de sus pasos.
-Sr. Nelson, ¿verdad que nos comeremos al cocinero si las cosas se ponen feas?
Él Sr. Nelson, carcajeó mirando por la borda y dijo que prefería morir de hambre antes que alimentarse con la carne de ese saco gordo de pedos apestosos. El grumete Tipps sonrió esta vez de mejor gana y se levantó de mi vera para ofrecer su asiento al contramaestre.
Nelson, torpemente, fue buscando con su trasero el asiento, apoyándose con las manos juntas sobre su muleta de haya.
-Capitán, -me dijo -necesito un bote y cuatro hombres jóvenes y fuertes que remen sin descanso rumbo sudeste. Puede que sea nuestra única esperanza. Jamás conocí un periodo tan largo de calma en el mar y si no morimos de hambre, acabará matándonos éste maldito silencio.
Aquella tarde, el Sr. Nelson me había estado hablado de su juventud en el Ballenero del viejo Capitán Lucas London. El Capitán London pasaba largas temporadas persiguiendo Ballenas por estas aguas. En una ocasión, tras varios días de lucha con una orca gris, bajo la perpleja y agotada mirada de toda la tripulación, el Capitán London, borracho de ira, ron y codicia, se arrojó desde cubierta sobre el lomo de la bestia con un arpón entre las piernas. El animal apareció flotando a la deriva unas millas más al sur. El chiflado de London había desaparecido, era como si se lo hubiese tragado el mar. Cuando los hombres remolcaron a la orca muerta a tierra y la abrieron en canal, hallaron las piernas de London en su estómago.
Nelson, creía que estábamos muy cerca del arrecife de las ballenas grises, un pequeño islote saliente de tamaño semejante al Peñón del Ahorcado, con costas escarpadas y traicioneras, con desfiladeros austeros que habían destrozado el casco de cientos de naves y donde se dice, descansan más de un millón de almas desde los inicios de la navegación. Un lugar inhóspito y hermoso a la vez, un pequeño oasis, cuentan algunos, en medio del silencio y los arrecifes, donde proliferan los cocoteros y las bananas, las piñas, los kivis, las aves, los animales de carne roja y el agua dulce de los manantiales. Un lugar de tan difícil acceso y de tan dudosa existencia que no aparecía en las cartas de navegación.
Yo creía a Nelson. Si él decía que ese lugar existía, debía ser cierto. Pero... ¿estaría de verdad el viejo contramaestre correctamente orientado y situado? ¿Estaríamos tan cerca del Arrecife de las Ballenas Grises como él intuía? ¿Podríamos llegar allí en bote de remos sin morir de inanición?
Por todos los diablos que barajé todas las posibilidades sin encontrar seductora ni alentadora ninguna de ellas, entonces, una vez más, tuve que tomar una decisión. El problema, maldita sea, es que todas las decisiones que tomaba últimamente resultaban erróneas, pero ahí estaba la maldita vida una vez más preguntándome qué hacer.
-Que sean ocho hombres Sr. Nelson. en lugar de cuatro, que instalen remos largos y que descansen cuatro mientras otros cuatro reman ininterrumpidamente en guardias de una hora. Usted Sr. Nelson, estudie el sextante y mantenga ojo avizor.
Sr. Tipps, usted y Sango Hook, irán con el Nelson. ¡Vamos! Alegren esa cara. Hoy se les ha presentado la oportunidad de vivir o de morir como héroes. Puede, que dentro de 1000 años, aún se siga contando la historia de los jóvenes grumetes Tipps y Hook, que salvaron a toda una cubierta de marinos hambrientos y sedientos, o que murieron como valientes en el intento. Venga muchachos, pidan entre los más jóvenes dos voluntarios y que se presenten ante mi. Digan a los hombres que metan en cantimploras las tres cuartas partes del agua que quede en La Pena Negra, y digan a Lester, que prepare toda la comida que quede en la cocina y no necesite preparación. Llévense remolcado otro bote vacío y tráiganlo lleno de agua y alimentos, maldita sea. Ah! Si se levanta el viento darán media vuelta inmediatamente, la Pena Negra ya habrá partido en su busca. Bajo ningún concepto, deberán atravesar esos arrecifes si el mar no está en calma.
Saldrán en cuanto se disipe la niebla.
Agónico silencio
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- Publicado:
- el domingo, 14 de septiembre de 2008
- Categoría:
- Las aventuras del Capitán Chinaski
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- 14 de septiembre de 2008, 10:55
- 14 de septiembre de 2008, 15:12
- 14 de septiembre de 2008, 17:47
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14 de septiembre de 2008, 17:55
Genial, Damián, me encanta leerte y oirte, la descripción tan detallada de esa "calma chicha", la desesperación de esos hombres... hasta el ruido de las tablas al andar el sr.Nelson, todo se siente.
Parece que una maldición rodea el barco y a sus tripulantes, estaré encantada de seguir leyendo, deseando que logren llegar a esos arrecifes de esa maravillosa isla y consigan alimentos y agua.
No dejes de avisarme cada vez que publiques, niño, disfruto un montón leyéndote.
Besitos y que sople el viento a tu favor ;) - 14 de septiembre de 2008, 19:57
- 14 de septiembre de 2008, 21:03
- 14 de septiembre de 2008, 22:37
- 14 de septiembre de 2008, 22:55
- 14 de septiembre de 2008, 23:31
- 15 de septiembre de 2008, 1:29
- 15 de septiembre de 2008, 11:04
- 15 de septiembre de 2008, 12:45
- 15 de septiembre de 2008, 18:14
- 15 de septiembre de 2008, 19:36
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15 de septiembre de 2008, 20:28
Gracias Capitan,muchas gracias,por haberme recordado mis tiempos de grumete,de eso hace ya....pufss...ya ni me acuerdo,pero tus palabras traen a mi mente algunos recuerdos,que crei haber perdido.Es para mi un honor,que me incluyas en tus aventuras y aquí me tienes para lo que quieras mandar..Capitan.
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15 de septiembre de 2008, 20:35
Mi ya querido Capitán, ¿o querido Damián? ¿A quién quiero ya?
En fin, no importa... agónico es no saber, desde la parte 5 de esta historia... cómo se van entretejiendo el amor, el tiempo y el olvido... Creo que como siempre, saldrán de ésta, pero no estoy segura de cómo será que salga su interior... Espero ansiosa. - 15 de septiembre de 2008, 20:40
- 15 de septiembre de 2008, 23:15
- 16 de septiembre de 2008, 11:25
- 16 de septiembre de 2008, 13:15
- 18 de septiembre de 2008, 18:12
- 18 de septiembre de 2008, 18:39
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19 de septiembre de 2008, 11:46
¡¡¡Felicidades, Capitán!!!
En este día que se celebra hoy por usted, por Sango Hook, por Pool Nelson, por el resto de tripulación y por vuestra forma de hablar.
Que el viento os sea propicio.
Nos debéis un ron de vuestra bodega.
http://www.esquizopedia.com/2007/09/19/19-de-septiembre-dia-internacional-de-hablar-como-un-pirata/ - 19 de septiembre de 2008, 20:12
- 20 de septiembre de 2008, 18:58
- 21 de septiembre de 2008, 11:58
- 21 de septiembre de 2008, 19:37
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- 25 de septiembre de 2008, 14:01
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