Cambio de guardia




Sr. Nelson, siempre me he preguntado por qué te aventuras cada noche a mi lado, rumbo a cualquier lugar sin rumbo. Toma el timón, ha llegado la hora de relevarme. Por esta noche se despide de ti este viejo capitán.
Sr. Nelson, ¿te he dicho alguna vez, que mi único amigo es un viejo contramaestre tuerto y cojo? Mi único amigo, es un efímero ápice del galán que enamoraba a las más bellas taberneras del caribe. Y ahora no eres más que un pobre corazón hecho callo y cicatriz por el paso del tiempo... Pobre Sr. Nelson, tú que trepabas por las verandas de las musas, y luego huías antes que el sol. No estés triste amigo, no envejeces sólo, tu leal amigo, también se acerca al sueño eterno a la velocidad del maldito mistral.
Elige pues el rumbo tú esta noche. Toma, el timón es tuyo. Pues otra noche te digo, al filo de la madrugada, que mañana estaremos atracados en el muelle de poniente, ese muelle del que tanto me hablas, ese que visitas tantas noches en tus sueños. Pues yo estaré esperando a que te prestes a tu puesto. Has de ayudarme a gobernar La Pena Negra por los mares procelosos del silencio y de la imaginación.

Feliz viaje...

... Que el viento, te sea propicio.


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1 pergaminos:

  1. Anónimo 21 de septiembre de 2008, 1:05

    Ayúdame tú a gobernar la via por los mares procelosos del silencio y de la imaginación