Rumores
En la taberna del pisaflores Her Heinrich, se rumorea, que yo, el Capitán Chinaski es un despiadado asesino que disputa el mar de los españoles.
¡Blasfemias! Alimentadas por el ron que fermenta las entrañas de quienes mueren de envida.
Ellos mismos acaban víctimas temerosas de las leyendas que el veneno de sus propias lenguas alimenta.
¡Hipócritas! Que pagan mi trago al tabernerosonriéndome con sus sucias bocas repletas de mellas negras mientras juran acabar conmigo en mi ausencia.
Y de este modo llegan noticias de que han puesto precio a mi cabeza en Londres.
O que aumentaron la recompensa en Port Farraca. Se busca, vivo o muerto.
Soy la mancha negra, la lepra extendida de boca en boca.
¿Estáis satisfechos?
Ya soy odiado hasta por aquellos que no me conocen.
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- Publicado:
- el jueves, 23 de julio de 2009
- Categoría:
- Las aventuras del Capitán Chinaski
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27 de agosto de 2009, 17:32
Sacar los pies del territorio de los sueños, cruzar esa frontera difusa y confusa entre lo consciente y el inconsciente, con los ojos empapados de imágenes oníricas, y amanecer en otro sueño amable, barnizado de palabras tiernas y sonrisas sinceras ¿se puede pedir más motivos para sufragar la existencia? No hay mejor alimento que este para combatir los fantasmas, las rutinas de la locura, el inventario de abismos y la nómina de fracasos. Dulce Nkundi, sigo escuchándo tus nanas para combatir mis tinieblas. Un abrazo de mis alas negras.
- 27 de agosto de 2009, 19:08
- 28 de agosto de 2009, 8:39
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29 de agosto de 2009, 7:54
Querido Capitán: poco importa lo que los botarates que le envidian blasfemen sobre vos, porque sus plumas de gallina apenas alcanzan para escribir más que renglones torcidos que se ahogan entre los vapores del aguardiente más basto, carecen del ingenio, de la pericia y de la experiencia que tenéis con las palabras y los vientos, para que puedan hacer mella en la proa diligente de la Pena Negra. Y si le buscan para matarlo o para sepultar sus versos y su leyenda es por que la estiman, porque en el fondo anhelan saber de sus aventuras, porque no se atreven a emularlas. Desde los cielos tormentosos, los ángeles negros seguimos la estela de su nave. Saludos oscuros.
(Este y no el anterior era el comentario dirigido a vos, mi capitán, a veces los fantasmas nos juegan estas pasadas). - 3 de septiembre de 2009, 18:39
- 4 de septiembre de 2009, 21:41
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